Tauroética

Aquellos que piden la prohibición de las corridas de toros no lo hacen por falta de apreciación de su importancia cultural e histórica, sino más bien por una objeción moral al sufrimiento infligido a los animales involucrados. No se trata de una cuestión de estética o tradición, sino de un debate filosófico sobre nuestra relación con los animales y las obligaciones éticas que tenemos con ellos. Este no es un argumento a favor de la tauromaquia, sino más bien un desafío a los argumentos moralistas de aquellos que buscan suprimirla. Es una reflexión sobre nuestra responsabilidad con los animales y las diferencias esenciales entre la forma en que los vemos y la forma en que vemos a los humanos.

El debate acerca de la abolición de las corridas de toros ha vuelto a poner en el centro de atención una vieja polémica: ¿es un espectáculo cruel y brutal, residuo de lo peor de nuestro pasado, o es una manifestación artística de nuestras raíces hispanas? El núcleo de la discusión es sin duda de naturaleza ética. Aquellos que piden que se prohíba la fiesta taurina no lo hacen por razones estéticas ni ponen en duda que sea una tradición, sino que cuestionan su moralidad. Al final del día, es una cuestión filosófica que se aleja de lo folklórico o sentimental. En este tema se centra este libro. No es un alegato a favor de las corridas de toros, sino en contra de las argumentaciones moralistas de quienes quieren suprimirlas. Se trata de una reflexión sobre nuestras relaciones con los animales y la diferencia esencial entre los miramientos que debemos tener con ellos y las obligaciones éticas que tenemos con los humanos.